Una ciudad verde es aquella diseñada para abordar el impacto social, medioambiental y económico a través de la planificación urbana y la gestión de la ciudad.
Muchas iniciativas sostenibles se consiguen incorporando alternativas ecológicas a la infraestructura de la ciudad, como la adopción de carriles para peatones y bicicletas.
Las normativas y las multas también pueden lograr el cambio: las órdenes de retirada de residuos han demostrado que reducen los residuos en los vertederos.
Aunque encontrar formas de ayudar al planeta es esencial para la sostenibilidad, reducir los costes y crear una cultura vibrante para los ciudadanos es igualmente importante.
A continuación citaremos algunas de las características que debe tener una ciudad sostenible y cómo puede cambiar la vida para mejor.
Brindar acceso a los recursos públicos
Todas las personas deben tener derechos iguales a ciertos recursos proporcionados por el gobierno de la ciudad en la que viven, que les ayudarán a preservar su bienestar, a perseguir sus objetivos y aspiraciones, y a avanzar hacia una verdadera autorrealización.
Uno de los pilares fundamentales de una ciudad sostenible es el derecho a recursos públicos como la educación, el acceso a centros médicos, el transporte, las telecomunicaciones, la buena calidad del aire y del agua, la seguridad, el saneamiento, los servicios de recogida de basura y otras necesidades vitales.
Construir espacios verdes
El entorno urbano moderno está preocupantemente desprovisto de espacios verdes y elementos naturales que los ciudadanos necesitan para llevar una vida sana sin el estrés acumulado por el ruido y la contaminación, el calor que irradian las superficies de hormigón y otros elementos que reducen su calidad de vida en general.
Una de las prioridades de los gobiernos locales debería ser la construcción de espacios verdes prósperos en todo el entorno urbano que produzcan sombra natural, limpien el aire y eliminen la contaminación acústica.
Se trata de un reto que los gobiernos pueden superar con la cooperación de sus ciudadanos.
Centrarse en la conservación y la preservación
Una gran parte de este reto consiste en conseguir que la gente adopte formas de vida más sostenibles, pero también se trata de aprovechar la energía solar, eólica y nuclear para garantizar que todo el mundo tenga acceso a la electricidad de forma asequible al tiempo que se minimiza la producción de CO2 de la ciudad.
Del mismo modo, la conservación del agua debe ser primordial ante la cada vez más frecuente escasez de agua en todo el mundo, lo que puede conseguirse cambiando la mentalidad de los ciudadanos, pero también manteniendo y mejorando las infraestructuras existentes, protegiendo las fuentes naturales de agua e incentivando a los sectores público y privado para que integren sistemas y tecnologías de ahorro de agua.
Ahora que sabes lo que constituye un entorno urbano verdaderamente sostenible, puedes ayudar a apoyar la causa y dar un empujón a tus autoridades locales para que empiecen a invertir en ecología y sostenibilidad.
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